viernes, 23 de julio de 2010


Escucha para ayudar a los demás. La escucha muchas veces es lo que la gente más necesita. No intentes resolver los problemas de los demás. Escuchando ya ayudas. Dedica toda tu atención y el tiempo necesario a la escucha. Elige para cada conversación un momento y un lugar que te permitan prestar toda tu atención.
Escucha para aprender. En una discusión, si hablas úlimo, tendrás la ventaja de conocer la posición de todos los demás. Escucha lo que el otro dice... y también lo que no dice. A veces no es tan importante lo que nos han dicho sino cómo nos han dicho. El lenguaje gestual y el tono de la voz dan más información que las PALABRAS. Evita interrumpir. Las interrupciones dan a tu interlocutor un mensaje: lo que yo tengo que decir es más importante que lo tuyo. Elige bien lo que vas a decir. En cualquier diálogo, se nos ocurren muchas cosas que podríamos decir. Pero no todas ayudan. Cuando vayas a hablar, piensa si lo que vas a decir enriquece al diálogo o lo rompe. Aprende a escuchar a los demás, hay mucha gente que lo necesita y a veces ni nos damos cuenta.

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