domingo, 2 de enero de 2011


La vida se dice que es un camino. Para algunos largos para otros más cortos. Unos llenos de rocas y otros maravillosamente diseñados. Los hay con grandes y numerosas curvas y otros directos. En nuestra vida muchos caminos se irán abriendo a medida que emprendemos este viaje llamado vida. Existen caminos que conducen a una vida llena de bondad, o vocación religiosa. Otras decisiones nos llevan por caminos que conducen a la fama y la fortuna, o al aislamiento y la pobreza. Existen caminos hacia la felicidad y caminos hacia la más absoluta de las penas. Caminos que conducen a la victoria y caminos que conducen a la derrota. Como en cualquier otro camino que tomemos, en la vida habrán esquinas, desviaciones y encrucijadas. Quizá el camino más inquietante que uno puede encontrar en la vida es aquel que nos lleva a una encrucijada, con cuatro diferentes direcciones de las cuales escoger, y con muy poco conocimiento de adonde conduce cada una de ellas. ¿Qué camino tomar? ¿Qué decisión será la correcta? ¿Cual decisión dará a nuestra vida algo valioso de ser vivido? ¿Tomarás una decisión, un destino, un rumbo o simplemente te quedarás frente a la encrucijada sin poder decidir?

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